Mucha gente, debido a creencias populares, se deja aconsejar y sigue las llamadas dietas milagro. Estas dietas triunfan porque prometen una pérdida rápida de peso y sin esfuerzo. Se caracterizan por ser pobres en energía, lo que puede producir cambios en el metabolismo. Se produce una defiencia de vitaminas y minerales. No es una forma sana de perder peso, puede provocar desnutrición.
16.11.2010 - Pablo Garre Robles, Juan Antonio López Fuentes, Borja Belmonte Rabasco, Jose Manuel Martínez Ruíz, (Q´pin Q´pan).
Las dietas milagro prometen una pérdida de peso rápidamente y sin esfuerzo, y pueden producir cambios en el metabolismo debido a su carencia de energía. Se produce también una deficiencia de vitaminas y minerales, puede provocar desnutrición en la mayoría de los casos.
No solo se pueden producir carencias, sino que también, debido al desequilibrio alimenticio, se puede producir sobrepeso y desajuste en el organismo.
Las dietas milagro las suelen hacer personas con desequilibrios psicológicos obsesionadas con su cuerpo o con el afán de adelgazar, por supuesto, provocan en estas personas trastornos en los horarios alimentarios.
Según la AEDN (Asociación Española de Dietistas Nutricionistas), el 95% de las personas que pierden peso con una ?dieta milagro? vuelve a recuperarlo. A este fenómeno se le pone el nombre de "efecto rebote", e incluso en la mayoría de los casos no sólo se recupera el peso, sino que éste aumenta.
Hay varias razones que explican estas consecuencias:
-Al terminar el período de poca ingesta, nuestro cuerpo tiende a ingerir más de lo que necesita, lo que provoca una mayor recuperación del peso que se ha perdido.
-Al ingerir una cantidad de energía inferior a la que necesitamos, el metabolismo se ralentiza para gastar menos y crear reservas. Por eso, cuando se abandona la dieta milagro, el metabolismo sigue gastando menos, pero nosotros comemos más debido a esa falta de energía que hemos tenido. Por tanto, se recupera más peso, en forma de grasa corporal.
-Al tratarse de dietas desequilibradas, el cuerpo recurre a las reservas de emergencia almacenadas en los músculos. Así, se reduce masa muscular (tejido muy rico en agua) y no grasa. Por eso se pierde peso rápidamente. Este tipo de dietas son muy fáciles de distinguir: aseguran una gran pérdida de peso en poco tiempo (más de 5 kg. al mes) y sin esfuerzo. Con el intento de garantizar su resultado, se les suele dar nombre de clínicas de adelgazamiento famosas, actrices, médicos, etc. Sin embargo, debemos desconfiar de las dietas que nos prometen perder más de 0,5kg. / 1kg. a la semana.
El enfoque principal que dio un nutricionista de Alquerías, Juan Vicente Ortega, fue el sobrepeso y la obesidad. Comentaba que hay que tomar la obesidad como una enfermedad, y no solo como una cuestión física y estética. También nos dijo que es muy importante hacer tres comidas al día, y con las dietas milagro, no se hacen y resaltó que las comidas se deben hacer a la plancha.
Clasificación de las dietas milagro.
Las dietas milagro se pueden clasificar en 4 tipos:
1. Dietas de bajo valor energético.
Se basan en consumir muy pocas calorías al día (de 400 a 1.000 Kcal/día). Al no cubrir las necesidades básicas de una persona, pueden producir síntomas como mareos y problemas gastrointestinales, entre otros. Este tipo de dietas promueve el consumo casi exclusivo de vegetales y aunque permite algunos alimentos proteicos como carnes, pescados y huevos, las cantidades incluidas son a veces ridículas, de igual forma el aceite.
2. Dietas pobres en hidratos de carbono y ricas en grasas.
Prometen resultados rápidos a un alto precio: mareos y fatiga, riesgo de deshidratación, tasas elevadas de colesterol, triglicéridos y ácido úrico, así como estreñimiento.
Estas dietas promueven el consumo de carne, embutidos, huevos, mantequilla, quesos, y otros alimentos grasos, limitando el arroz y las pastas.
3. Dietas ricas en hidratos de carbono.
Al contrario de la anterior, esta dieta no permite la carne y los alimentos grasos, sino que en lugar de ellos incluye los hidratos de carbono, olvidando que los alimentos grasos y ricos en proteínas también son necesarios para el organismo. Este tipo de dietas pueden provocar diarreas, flatulencia y cólicos abdominales.
4. Monodietas y dietas ¿pintorescas?
Esta categoría engloba muchas de las dietas. Desde las casi mágicas que fomentan un alimento en concreto, hasta aquellas que incluyen alimentos exóticos.